Umbanda II - Profesor Miguel Antonio Ojeda - Instituto CEPE de Argentina
UMBANDA II
Panteón de Orixás
Los Orixás son deidades creadas por un dios superior, llamado Olorun. Cada uno de estos dioses representa diferentes fuerzas y fenómenos de la naturaleza: aire, tierra, fuego y agua. Los arquetipos, están relacionados con esas fuerzas y van a marcar la personalidad y el comportamiento singular de cada dios. Según las enseñanzas del candomblé, todas las personas son hijas de Orixás. Para que sea posible determinar a cuál Orixá pertenece un individuo, es preciso hacer una tirada de buzios (caracoles). Los practicantes del candomblé también asocian a la persona con su Orixá conociendo las características físicas y psicológicas de la persona siguiendo los trazos de esta creencia, cada persona recibe la influencia de dos Orixás principales. El primero conocido como “Orixá de frente” y el segundo como “Orixá de atrás” o “segundo santo”. Esta pareja de divinidades protege a su seguidor y son reverenciados por el pai cuando se toca la frente, para el Orixá de frente, y la nunca para el segundo santo. Además de estas dos divinidades, una persona puede incorporar la protección de otros dioses, completando un número máximo de siete Orixás
Exu es, indiscutiblemente el personaje más polémico del templo afro-brasilero: no existe siquiera un consenso sobre si él es o no un orixá. La creencia popular, lo trata como el Diablo de los cristianos, mientras que en Porto Alegre, él es sincretizado con San Pedro. Tal disparidad de interpretación muestra claramente la incomprensión de que Exu es víctima en Brasil, donde se ignoran casi por completo sus muchas e importantes funciones.
Exu es, sin duda, la figura más controvertida de los cultos afro-brasileros. Para algunos, una figura saltarina, asociada a la imagen de un chico irresponsable, divirtiéndose con las confusiones que consigue armar entre los seres humanos y entre los mismos orixás; para otros una figura temible, peligrosa, volcada exclusivamente para el mal.
Es, según la mayoría de las leyendas, hijo de Yemanja, más no es considerado únicamente como un orixá. Según la tradición, Exu es el causante de las disputas, calamidades, accidentes y desgracias. En respuesta a esa afirmación, también se atribuye a él un lado bueno, que tal vez sólo aparece cuando le son brindado homenajes y sacrificios. A partir de esa dificultad en definirse, de manera más categórica, Pierre Berger afirma que, "Exu se revela, tal vez de esta manera, el más humano de los humano de los orixás, ni completamente malo, ni completamente bueno".
Parte de esa contradicción no es observada por lo iorubas. La identificación de Exu como el mal, es más clara en Brasil, principalmente, cuando los cultos se distancian del candomblé tradicional. En el Umbanda, por ejemplo, donde la fusión religiosa corresponde a la propia base de la religión, Exu y el demonio cristiano son casi indistintamente la misma figura. La historia explica el proceso de acumulación de las características de uno por el otro con cierta facilidad. En un primer momento, los jesuitas católicos intentaron imponer la religión católica a los "negros paganos".
Dada la dificultad de someter un pueblo con todo un conjunto de dioses y divinidades, inclusive más rico de que la teología occidental, algunos misioneros optaron por aprovechar el templo africano y amoldarlo, en la medida de lo posible, a la configuración católica, más precisamente a la dualidad bien-mal.
Era preciso por lo tanto, encontrar un diablo -y la controvertida e inquieta figura de Exu, fue la que mejor se prestó a ese objetivo por diversas razones.
Exu es una divinidad de fácil relación con los humanos- la más próxima al mundo material. A él se pide intervenga en las cuestiones más mundanas y prácticas. Por esa facultad, Exu se constituyó en el protector de los negros, en el período de esclavitud, contra el arbitrio y despotismo de los señores.
Eran su familia osebos (conocidos vulgarmente como "despachos") dejados en las encrucijadas próximas a la casa grande. En una circunstancia de lucha, el que practica el bien para un antagonista, defendiéndolo de otro, también puede ser visto, desde el punto de vista de este último, como el que hace el mal. Así, los señores de ingenio ven en Exu al demonio que los negros lanzaban contra ellos. Otro factor que facilitó la identificación de Exu como el demonio cristiano, es su ligazón con el fuego, con la masa ígnea. Además de eso, la sexualidad desenfrenable Exu (muchas veces representado por una figura humana con sonrisa descarada y una permanente erección) debe haber a ayudado en la tarea de los jesuitas en la búsqueda de un demonio en la mitología africana.
El responsable por las fuerzas del bien y del mal.
Bastó poco tiempo para que esa identificación Exu/Diablo, fuera aceptada casi íntegramente por el Umbanda y, de manera más moderada, por buena parte del candomblé brasileño. Eso representa una distorsión de los conceptos iorubas tradicionales, que le permiten, gracias a su irresponsabilidad y falta total de patrones morales, l control, tanto sobre las fuerzas del bien como sobre el mal. La moralidad no está en la divinidad, más sí en quien se relaciona con ella, siendo así, Exu es, consecuentemente, una concepción exterior a la dualidad cristiana. Ese preconcepto se revela en el pequeño número de personas que son consagradas a ellos como hijos. En general, existe una postura diferente entre los hijos de Exu y los de otros orixás.
Mientras que estos revelan un gran orgullo de traer dentro de sí las características de una divinidad a quien aprueban los hijos de Exu, generalmente son señalados como sufridos, "gente que carga un pesado fardo".
Mismo
el lenguaje de muchas regiones marca esa diferencia: en cuanto se dice en relación a otros santos, que están
poseyendo o incorporándose a su hijo, los hijos de Exu son señalados como los
que están "cargando" la divinidad, dado el peso que ello
representa. Un creencia visiblemente
originada a partir de los contactos con el cristianismo, afirma que la acción de nacer hijo de Exu significa
castigo por algo hecho en encarnaciones anteriores.
Finalmente el recelo de que Exu puede hacer con la cabeza de un ser humano es tan grande que muchos de sus hijos que no son iniciados así, son rapados como hijos de Ogum, después de ceremonias en que Exu es fijado (esto es, prestado por un plazo limitado a Exu), y calmado. Esa transferencia sólo es posible dada la buena relación que se supone existe entre Exu y Ogum, hermanos por parte de madre e igualmente dueños de un carácter violento y agresivo. Fuera de eso, el día consagrado a Exu es el lunes, afirmando así la relación que existe entre él y la muerte, ya que el lunes también es el día de los eguns, las almas de los muertos.
Apartándose, sin embargo, del concepto diabólico, las funciones de Exu son bastante definidas en el candomblé tradicional. Dentro de los orixás es el primero en ser citado, el primero en ser recordado en la región, es a quien se pide permiso para que todas las ofrendas a los otros orixás, puedan ser hechas; en suma, es siempre el primero. Hay dos explicaciones para eso. Una se refiere al hecho de que Exu es imprescindible para cualquier enlace entre los seres humanos y el mundo astral siendo su papel primordial el de mensajero de los orixás.
Otra explicación se basará más en el carácter controvertido a él atribuido: Exu sentiría envidia y perturbaría cualquier ceremonia en que no fuese el primero en ser homenajeado. Una leyenda, recogida por Roger Bastide explica esta versión:
"El rey del Congo tenía tres hijos: Xango, Ogum y Exu. Este último no era exactamente un rapaz malo, pero era retardado y por eso mismo turbulento, peleador. Después de su muerte, siempre que los africanos hacían un sacrificio a los espíritus o celebraban una fiesta religiosa, nada salía bien, los ruegos dirigidos a los dioses no eran oídos, los rebaños eran diezmados por las epidemias, las cosechas se secaban sin producir frutos, los hombres enfermaban. ¿Qué tabú habría sido violada?. El babalao consultó a los obis (frutos de una palmera usados para adivinar) y éstos respondieron que Exu tenía celos, que quería su parte en los sacrificios (...) Más, quien era ese Exu? Cómo? ¿No os acordáis más de él? ¡Ah sí!, ¡aquel negrito tan fastidioso!, ¡exactamente ese!. Y fue así que en adelante, no se pudo hacer ninguna obligación, ninguna fiesta, ningún sacrificio, sin que Exu fuese servido en primer lugar".
La relación entre hombres y orixás.
Las dos versiones suministran datos claros sobre las contradicciones de esa entidad. Exu es el primero por el intermediario entre todos los contactos, como también por ser el más próximo de los humanos, con sus defectos y fallas. Según Olga Cacciatore en su Diccionario de Cultos Afro-Brasileros, él "es el elemento dinámico de todo lo que existe y el principio de la comunicación y expansión. Es también el principio de vida individual". A pesar, según la tradición, que existieron muchos Exus (tal vez 21, tal vez muchos más, variando de acuerdo con la fuente) -algunos más viejos, otros más jóvenes- su figura puede ser sintetizada por la imagen de un chico saltarín, experto, que luego tempranamente aprendió a dividirse manipulando las personas, lanzando contra otras, más bien dispuesto (si bien interesadamente, siempre exigiendo algo en cambio). No es de él la responsabilidad de decidir lo que es cierto o errado, apenas realizar la tarea para la cual fue convocado, eso sí, está de acuerdo en realizarla, aceptando las ofertas propuestas.
Su relación amistosa con los humanos es marcada por el hecho de que toda región tiene un Exu protector, que vigila por la seguridad de la casa. En Porto Alegre se encuentra una asociación poco usual de Exu con San Pedro, Pero, que se presenta como bastante revelador. San Pedro el portero del paraíso, el responsable por el tránsito de almas, de la misma manera que Exu es responsable por el tránsito de la Tierra. Por eso, su Obá es guardado en una casita separada, junto a la entrada o la salida de la Tierra, o por lo menos en uno de sus límites.
Su función de contacto, entre lo real y lo irreal, hace como que Exu sea también intermediario entre el babalorixá y los demás orixás, en la lectura de los buzios. Son los orixás que responden, más Exu quien traduce sus respuestas. Por lo tanto, la salud, el futuro, el destino, y las recomendaciones de que es necesario para atravesar los obstáculos sólo pueden ser conocidas, gracias a su intermediario. Según la tradición ioruba cada orixá tiene sus propios Exus, que funcionan como sus esclavos o siervos, posibilitando los contactos entre las diferentes divinidades.
El regulador del universo
Exu no queda por eso, limitado sólo a realizar las órdenes de los otros. En medio d su comportamiento aparentemente malicioso y contradictorio, habría una compleja y difícil búsqueda de un orden.
Ese
aspecto de su personalidad es dado a
conocer por Roger Bastide, a
partir de la transcripción de una
leyenda. En resumen, Xango se habría enamorado perdidamente de Oxum, al extremo de intentar
violarla, lo que fue impedido por la rápida acción de Exu, separándolos. Sus
relaciones sexuales sólo se consumaron cuando fueron socialmente
aprobadas. En este caso, según Bastide,
Exu no interviene más entre los dos, porque descubre una utilidad social y natural para las relaciones entre ellos -la leyenda
afirma- que cuando Xango se tiró a los
brazos de Oxum, se desató una tempestad
formidable.
De las relaciones entre los dos orixás, nació la lluvia. Conforme, justifica Bastide, la concordancia de Exu en cuanto a las relaciones entre Xango y Oxum, se manifiesta porque ellas "se transformaron en relaciones legales y no fruto de la violencia. Exu no puede y no quiere impedir que caiga la lluvia, pero la lluvia puede destruir la cosecha y agujerear la Tierra, como hace crecer las plantas; el rayo también incendia, como castiga a los malos. Lluvias y rayos deben pues, ser controlados en sus manifestaciones, y es Exu quien aparece, en esos mitos a primera vista contradictorios, para en cierto momento se parar, en otro, dejar que la unión se efectúe, como el controlador todopoderoso de estos fenómenos cósmicos.
"Tales mitos", prosigue Bastide !tienen pues, a confirmar la función de Exu como regulador del cosmos, aquel que abre las barreras, que traza los caminos.
En suma, como un Dios, da orden. Bajo la forma de mandadero de las divinidades, hace que los diversos orixás se comuniquen entre sí, abre las puertas entre los comportamientos de lo real, pero sólo, para fines útiles, de interés general. Impide, al contrario, los encuentros brutales de fuerzas de la naturaleza que podrían traducirse en choques fatales". Por lo tanto, no es por diversión que Exu, primero impide la consumación de un acto sexual el cual después termina por sancionar, más si para impedir la "tempestad destructora" (el choque entre un Xango, llevado por una violencia sexual, y una Oxum, defendiéndose agresivamente) y posibilitar la "lluvia benéfica" (el encuentro sexual en que Oxum también quiere a Xango).
Esa
función coordinadora también puede ser notada en la movilidad vertical que
Exu tiene, tanto de acceso a los orixás,
como a los humanos, al abrir el camino para la comunicación directa (juego de buzios), para la entrada de los
eguns en el reino de los muertos, para la realización de cualquier ceremonia, trabajo o fiesta. Tal
carácter es reforzado en los trabajos de Pierre Verger y Claude Lepide, cuando
describen, en investigaciones diferentes, los tipos psicológicos de candomblé.
Así, los hijos de Exu tendrían como
componentes básicos de su personalidad
ambivalente, una continúa oscilación entre el bien y el mal.
Una cierta ironía. Una manera de ver el mundo inconsecuente. Pueden ser muy comunicativos, consiguiendo a través de eso un destape social. Gustan de las intrigas, del juego de bastidores permitido por el mundo de los grandes negocios (donde está el dinero que también los atrae bastante) y de la política. Por otro lado, tiene gran capacidad de oír a los otros, comprendiendo fácilmente sus problemas.
Son sobre todo, buenos consejeros, especialmente si una significativa recompensa estuviera en juego. Físicamente, son marcados por ojos incisivos y agudos, que a veces recuerdan la fuerza del fuego.
Nombre: Exu
Filiación: Yemanjá y
Oxalá
Dominio: Porterías y
encrucijadas
Colores: negro y
rojo
Salutación: Laroie!
Comida: farofa de
dende, cachaca y miel
Sacrificio: Pollo
(negro) y macho cabrío
Día: lunes
OGUM: EL TEMPERAMENTAL SEÑOR DE LA GUERRA
Orixá del metal y de la guerra. Ogum es uno de los dioses africanos más conocidos entre la leyenda al respecto, hablan de un temible guerrero, siempre envuelto en batallas para aumentar sus dominios; impetuoso y justiciero, alza por sobre todo el concepto de honra. Ogum tiene numerosos puntos de contacto con el modelo de héroe que el cine norteamericano glorificó.
Ogum, como personaje histórico, es señalado como el hijo mayor de Odudua, el fundador de Ifé (ciudad de Nigeria, considerada capital religiosa de los iorubas). Según esa línea de investigación, era un hombre extremadamente guerrero, cuya principal función era la de mandar el ejercito de su ciudad, estado en invasiones frecuentes a los reinos vecinos, saqueando los Estados derrotados y ampliando el área de poder de su linaje.
Por eso, Ogum es el orixá de la guerra, del combate y de la competición. Uno del sincretismo más obvio que ocurrió a partir de esa imagen es la asociación entre él y San Jorge, el santo guerrero del cristianismo.
Es por lo tanto, el protector de los militares y de los combatientes en general. Por extensión es el orixá de los que producen las armas de guerra, los herreros. Se identifica básicamente con el hierro, tanto por la importancia marcial del metal en la construcción de armas, como también por tener un temperamento resuelto, duro y vigoroso, fácilmente comparado a la inflexibilidad e indestructibilidad (por lo menos, gran capacidad de resistencia) del metal.
Actualmente, una serie de otras profesiones fueron consagradas a Ogum, como barberos, almaceneros, carpinteros, escultores, mecánicos, metalúrgicos, choferes, etc. Siendo hermano de Exu, Ogum tiene muchas cosas en común con él. Además del carácter inestable y arrebatado. Ogum, también tiene dominio sobre los caminos. Si Exu es el dueño de las encrucijadas, asumiendo las responsabilidades del "tráfico", de determinar lo que puede o no pasar. Ogum es el dueño de los caminos en sí, las relaciones que se establecen entre las diferentes localidades.
Así, una de las características arquetipos atribuidas a los hijos de Ogum, es el gusto por los viajes, por las mudanzas, por el "correr el mundo", teniendo dificultades para establecerse de manera permanente en algún lugar.
Reforzando ese aspecto, Ogum no era una figura que se preocupase con la administración del reino de su padre. A pesar de haberlo sustituido en ocasiones necesarias, toda la acción de Ogum era la de expandir el territorio, conquistar y saquear, dejando a sus subordinados e hijos, la dirección de estos nuevos territorios.
Los lugares consagrados a este orixá, son todos al aire libre. Por tradición es un orixá bastante respetado. Hablar algo en nombre de Ogum, concede una gran firmeza, encubre un concepto honrado inalterable al garantizar la veracidad del hecho, algo comparable a "jurar por Dios" de los católicos.
En el umbanda, también son acreditadas a Ogum, las demandas judiciales. Ya el candomblé más tradicional, separa esa función para el dominio de Xango. Para Ogum, la justicia, la verdad, son importantes. Pero, su ocupación no es determinar quien tiene la verdad o quien está errado, sólo debe hacer prevalecer la justicia. Por lo tanto, es justiciero, más sin la gravedad de Xango, ni su autoridad casi legal. Al contrario, Ogum es el que hace justicia con sus propias manos, emprendedor y decidido, jamás dejando para otros, lo que juzga como su problema.
Una cólera trascendente.
Esa impetuosidad y autoridad, es la razón principal que hace a Ogum ser el primer orixá saludado después de Exu. Según Verger, "cuando Ogum se manifiesta en el cuerpo de sus iniciados en trance, baila con el aire marcial, agitando sus espalda como para golpear a un adversario. Es entonces saludado con gritos de !Ogum ¡eee! (Hola, Ogum). Ogum siempre desfila al frente, abriendo camino para los otros orixás en los días de fiesta con ropa".
El carácter temperamental y casi dramático de Ogum, trascendió casi en todas las leyendas. Una de las más conocidas se refiere a la conquista de la ciudad de Ire, donde un hijo suyo ocupa la jefatura de gobierno. Después de muchas campañas militares, Ogum retorna a esa ciudad.
Las explicaciones de los malentendidos que ocurren luego, son diversas. Algunas dicen que Ogum se enojó por no ser reconocido. Otras cuentan que en aquel día, por fatal coincidencia, hubo una ceremonia donde nadie debía hablar, lo que hizo creer a Ogum que no lo habían reconocido.
Además existen referencias y posibilidades de que Ogum no fue reconocido en la ciudad que un día conquistó, tratando entonces a sus habitantes como enemigos. De cualquier forma, después de matar a algunos habitantes de Ire, Ogum percibió el error que su cólera provocó. Más de una vez, tenía crisis de arrepentimiento que sobrevenían a la furiosa explosión de su temperamento. hasta que llegó a la conclusión de que no debía vivir más. Entonces bajó la punta de su espada y así como destruyó a sus enemigos, se destruyó a sí mismo, y haciendo un gran agujero en el suelo desaparece por él hacia el interior de la tierra. Habría sido esa la gran y trascendente emoción que transformó al rey guerrero en un orixá, un acto impetuoso con que intentó castigarse por su propia impetuosidad.
Pierre Verger aún señalaba que "antes de desaparecer (...), él pronunciaba alguna palabras. A esas palabras, dichas durante una batalla, Ogum aparece inmediatamente en ayuda de quien lo invocó. Por eso ellas no pueden ser usadas en otras circunstancias, pues si no encuentra enemigos delante suyo, Ogum se lanzará sobre el que las pronuncie".
El "tipo Ogum", es por lo tanto violento, impulsivo y amigo de peleas. Tiene un serio concepto de la honra, siendo incapaz de perdonar las ofensas de que es víctima. Los hijos de Ogum, son conquistadores, incapaces de quedarse en un mismo lugar, amantes de las aventuras, de viajes imprevistos rumbo a lo desconocido. Personas curiosas y resistentes con gran capacidad de concentrarse en sus objetivos. Son persistentes y nada o casi nada los detiene en sus metas. Gran coraje, francos, casi arrogantes. Por otro lado, cuando no son presas de los accesos de ira, frecuentes, son asociados al arquetipo de la camaradería masculina, relajado y sincero el típico compañerismo entre combatientes de guerra, amigos inseparables del ejercito. Esa imagen es muy frecuente en la cultura americana, producto de un país expansionista, cuya "personalidad-paternalista" (si podemos decir que eso existe) se parece algo a la tradición bélica de este orixá, en oposición a la cultura más elegante y aristocrática de Europa, tal vez más cercana con los orixás más vanidosos y formales como Oxum o Xango. La rivalidad de Oxum también se aproxima a ciertos estereotipos liga dos a la sociedad capitalista de consumo. Es un líder nato que fácilmente asume el control de su equipo.
En términos físicos, el hijo de Ogum, tiende a ser erguido, musculoso y atlético. Tiene gran energía, que debe ser descargada en deportes, o cualquier otra actividad que implique desgaste físico; caso contrario, verá esa misma energía contribuyendo para un humor inestable. Las ropas escogidas por esas personas son simples, confortables, absolutamente prácticas y durables. No deja de ser una curiosa coincidencia el hecho de ser el color de los jeans (los más vencidos), justo el color de Ogum: azul-oscuro. Algunos hábitos de la generación de los años 60, además de la masificación de los jeans también se aproximan a este orixá: el desapego a los bienes materiales, la falta de una vivienda fija para vivir, la adaptabilidad a cualquier lugar, la capacidad de comer, frugalmente cualquier cosa, sin problemas. Siguiendo esa tradición de correspondencia, la vida sexual de los hijos de Oxum, tiende a ser muy variada, sin demasiadas parejas estables, tampoco superficiales y rápidas, típicas de los viajantes que nunca que dan en un lugar. Por otro lado, su energía sexual es muy grande. En las leyendas, Ogum es relacionado con diversos orixás femeninos, pero la relación más nombrada, es la que sostiene con Iansá, hasta que ella lo abandona por Xango. Este arquetipo psicológico es encontrado con frecuencia en la literatura y en el cine. Ogum en este sentido, es el héroe por excelencia, desprendido, corajudo, emprendedor, impecable con los enemigos, inaccesible en algunos momentos, amigo y camarada en otros. Puede ser visto en la mayoría de los Westerns, donde el héroe es un hombre sin pasado conocido que llega a una ciudad, libera a los malhechores, despierta al deseo y el amor en las mujeres, se relaciona sexualmente con ellas y al final otra vez solo, en busca de un combate más. Los héroes de las historias de espionaje, también pueden ser incluidos en esa especie de lista.
Un personaje de Dostoievski que se encaja a este prototipo es Dimitri Karamasov, que no podía vivir en armonía con sus padres y hermanos, chocando frecuentemente con ellos por su energía, determinación e imprevisibilidad. Necesitaba de un combate para sentirse vivo, se jugó por entero por el amor de Grushenka. Era militar, pero tenía problemas con los superiores, pues su naturaleza era marcial, más libre para adaptarse a esas estrictas reglas.
Nombre: Ogum
Filiación: Oranhia (o
Odudua) y Yemanjá
Elemento: hierro
Colores: azul-oscuro
(en el umbanda, también rojo y blanco).
Saludo: Ogunhe!
Comidas: asado,
porotos negros
Sacrificios: perro (en
Africa), gallo (en Brasil)
Día: martes
Sincretismo: San Antonio (Bahía), San Jorge (Río y Porto Alegre)
OXOSSI: EL PROTECTOR DE LA CAZA
Hermano
de Ogum, Oxóssi tiene como dominio los bosques y la agricultura, áreas,
áreas donde mejor se desempeña
como proveedor de alimentos. Habitualmente asociado a la figura de un
cazador, él para a sus hijos algunos de
las características necesarias
para esa actividad:
concentración, atención, determinación para atender los objetivos y una buena
dosis de paciencia.
El otro nombre con que es designado este orixá, deja en claro su función en el mundo de los míticos dioses iorubas: Odé, el cazador. Hermano de Ogum y de Exu, Oxóssi es el dios de la caza. Así como su hermano se inclina por la guerra, Oxóssi también sale de su casa. No lucha con ejércitos, pero sí en los bosques, por los animales que van a asegurar la alimentación de su familia.
Existe otro punto en común entre estos hermanos. Coinciden en los conceptos de libertad, independencia, personalidad fuerte, decididos y emprendedores. Según las leyendas, también participó de algunas luchas, pero no tan importante como la de Ogum.
Según Pierre Veger, el culto a este orixá, es bastante difundido en Brasil, pero su figura es poco nombrada en África, donde prácticamente no tiene hijos. Ese proceso de olvido, según el investigador francés, se debe al hecho de que Oxóssi fue venerado en el Keto, donde llega a recibir el título de rey. Este país, en el siglo XIX, fue prácticamente destruido y saqueado por las tropas del rey de Daomé. Sus habitantes (inclusive el gran número de iniciados de Oxóssi) fueron convertidos en esclavos, siendo vendidos tanto en el Brasil como en las Antillas. Cuenta Verger: "Se llegó a tal punto que, aún existiendo todavía en Keto los locales donde Oxós si recibía otra las ofrendas y sacrificios, actualmente ya no existen personas que desean venerarlo. Como no podía ser de otra manera, el símbolo de Oxóssi es un arco y una flecha, generalmente de hierro. El "tipo Oxóssi" es generalmente aplicado a las personas joviales, rápidas y expertas, tanto mental como físicamente.
La postura de un cazador al acecho en la floresta, evitando hacer ruido y de ojos y oídos muy atentos al movimiento de la caza. Tiene por lo tanto gran capacidad de atención y concentración, más una firme determinación en alcanzar sus objetivos, gran paciencia para aguardar el momento justo para cualquier iniciativa.
Los hijos de Oxóssi: solitarios y perseverantes
Esas características refuerzan la relación que se ha hecho entre Oxóssi y Ogum. Así es como el segundo posee un cuerpo erguido, atento y pronto para el combate, pero su lucha es orientada más hacia lo cotidiano, la alimentación -o en un sentido más amplio, en desempeñar sus tareas diarias- que hacia las orgullosas acciones militares.
Así mismo, tiene la fuerza de Ogum, pero su violencia, si existe, es canalizada y reprimida justo en el momento apropiado. No tiene el temperamento incontrolable del hermano, ni sus cambios de humor. Es también más reservado, aunque no le falta energía para mandar cuando es preciso.
Tiene una mayor tendencia hacia la soledad y así actúa en el desempeño de sus funciones. Al mismo tiempo siente un marcado sentido del deber y es sumamente responsable. En definitiva, míticamente recae sobre él, el peso del sustento de la tribu. El hijo de Oxóssi tendría entonces, una fuerte relación con el mundo material, sin que esta tendencia signifique ambición. Tiende a asumir responsabilidades y a organizar el sustento del grupo o de la familia a la que pertenece. Llegan a ser paternales esas preocupaciones, más su ayuda se concreta a la distancia del hogar, trayendo las provisiones o trabajando para que ellas puedan ser compradas, y no con el contacto íntimo con cada miembro de la familia, ya que comparten con Ogum cierta incapacidad (más controlada) de quedarse en un mismo lugar y el gusto por la novedad y lo desconocido.
Físicamente, los hijos de Oxóssi, tienden a ser flacos, un poco nerviosos, pero controlados. Sus ojos son vivaces y atentos, sus pasos leves. Sus movimientos tienen cierta gracia y ligereza. Son inestables en sus amores, pues son solitarios.
Una diferencia fundamental de Oxóssi en relación con Ogum, es su necesidad de refinamiento, sin llegar a lujo. La vanidad es una de sus características, y el vestuario, a pesar de ser práctico, no se conforma con el control funcional de las ropas del tipo Ogum, pero busca cierta armonía estética, discreta, sin embargo innovadora.
Nombre: Oxóssi
Filiación: Yemanjá y
Oxalá
Actividad: caza (por
extensión, alimentación)
Dominio: bosques
(por extensión, campos agrícolas)
Colores: azul-claro
(en el umbanda, verde)
Salutación: Oke! (o Oke
Aro!)
Comida: Axoxó,
porotos-negros-tostados, inhame
Sacrificio: macho
cabrío, cerdo y gallo
Día: jueves
Sincretismo: San Jorge (Bahía) y San Sebastián (Río y Porto Alegre)
OSSAIM: PATRONO DE LA MEDICINA
Ligado a la floresta como Oxóssi, Ossaim posee, entretanto, atribuciones bien diferentes: cábele cuidar de las hierbas medicinales y sagradas, y por consiguiente, de todo y cualquier conocimiento técnico más profundo. Comúnmente se lo presenta como una figura reservada y misteriosa, semejante al famoso mago Merlín de las leyendas inglesas, él transmite a sus iniciados un gran equilibrio en las decisiones y cierto distanciamiento en cuanto a los amigos, además de notable eficiencia en el trabajo.
Para que el axé -poder potencial de cada planta- sea liberado y usado, las palabras mágicas correctas son necesarias. Y todo ese conocimiento representa uno de los más graves secretos del candomblé, exclusivo de Ossaim y sólo divulgado a sus iniciados en circunstancias especiales.
Es verdad, que según las leyendas, cada orixá tiene sus hierbas y hojas particulares, circunscriptas a su campo específico de acción, más tal poder es limitado por el control total que Ossaim tiene sobre ese tipo de conocimiento. De acuerdo con casi la totalidad de los mitos, al contra río de las figuras francamente humanas de los otros orixá, Ossaim tiene un aura de misteri en torno de sí, de la misma manera que su especialidad, a pesar de ser tan importante, no toma parte de las actividades cotidianas como la lucha, la conquista, la comunicación o la caza, constituyéndose más de una técnica, una línea de conocimiento que se emplea cuando es necesario -la cura invocada en caso de enfermedad-.
Toda la actividad de Ossaim es rodeada de cuidados casi rituales. Para que un iniciado pueda recoger las plantas necesarias al culto, debe abstenerse de cualquier bebida alcohólica y de las relaciones sexuales la noche anterior a su jornada. Las hojas deben ser recogidas en la floresta virgen y no en plantaciones domésticas.
Tampoco son necesarias las leyendas sobre Ossaim de su cantidad de relaciones familiares y sexuales. Generalmente es presentado como un ser solitario, vagando nebulosamente entre las sombras por la floresta y no habitando ningún lugar específico. En algunas historias es presentado como una figura de una sola pierna. En otras, quien tiene una sola pierna es Aro ni (tal como nuestro sacipereré, que tiene siempre una pipa en la boca). Por eso se atribuye a los hijos de Ossaim un andar característico, que no es rengueo, sino algo imperceptible, como si una de las piernas tuviese menos fuerza que la otra.
Algunas confusiones surgen en relación a Obaluaié (o en su forma antigua Omolu), presentado como un orixá de la enfermedad, más la división es bien determinada: si Obaluaié puede causar la dolencia, Ossaim es quien puede curarla, siendo llamado popularmente "Orixá de la Medicina".
El arquetipo psicológico asociado a Ossaim es, según Verger, "de las personas de carácter equilibrado, capaces de controlar sus sentimientos y emociones. De aquellas que no permiten que sus simpatías y antipatías intervengan en sus decisiones o tengan influencias en sus opiniones sobre personas y acontecimientos". Esa capacidad de discernimiento frío y racional, sin embargo, difiere de la predisposición semejante que existe en el arquetipo de Xango. Si este orixá puede juzgar con frecuencia entre lo cierto y lo errado, el tipo Ossaim es más reservado, interviene poco en cuestiones que no le merecen respeto. No es necesariamente introvertido, más no se destaca en la actividad social.
Cierto halo de misterios o por lo menos una reserva sobre el propio pasado, puede estar presente, aunque ese pasado no tenga nada grave que esconder, sólo una vida común. Tiene cierta atracción por la religión y por los aspectos rituales de la realidad en general.
Los hijos de Ossaim, no aparentan gran fortaleza, pero es atribuida a ellos tradicionalmente, una energía reservada, guardada en forma potencial, que se puede manifestar en la "resistencia pasiva" pregonada por Gandhi. No diariamente, se rían personas que difícilmente desistirían de sus objetivos, más no tendrían prisa por alcanzarlos, prefiriendo cumplir su parte, dejando el resto a cargo del flujo natural de las cosas. Esa creencia puede ser atribuida a un cierto fatalismo.
Si en las leyendas Ossaim es desprendido de su familia, también los es su hijo-de-santo. No hay necesariamente, una voluntad de separación, sí, una capacidad para no enredarse demasiado sentimentalmente. La distancia también se produce en relación al círculo de amigos y a toda su visión global del mundo. El hijo de Ossaim, tiene por lo tanto, la capacidad de cuestionar las reglas sociales, poseyendo frecuentemente un código de valores diferentes al socialmente sancionado, sin por eso, tener la preocupación de divulgarlo. En conocimiento de las plantas puede ser encarado como la representación mítica de cualquier forma de conocimiento técnico.
Si Ossaim es el orixá de los curanderos, médicos y farmacéuticos, puede también ser el orixá de cualquier profesión basada en un conocimiento técnico profundo de los "secretos de know-how (como conocer)". Eso hace para el arquetipo ligado a él, que la eficiencia sea una característica importante en el juzgamiento que hace de los hombres. Si bien no todos los hijos de Ossaim pueden ser llamados exóticos, habitualmente habrá algo que los diferencia de los demás, la manera de vestir, el gusto referente a la decoración, o a la lectura -muchas pueden ser las manifestaciones de esa singularidad, pero siempre traducirán el aislamiento de Ossaim.
Otra particularidad física bastante frecuente son los cabellos lacios y apretados.
El "tipo Ossaim" es frecuente en la literatura, especialmente cuando ella trata temas míticos y religiosos. El curandero-sacerdote que surge donde nadie vive, apartado de todos y tiene un poder técnico indispensable o mágico, al punto de influir en la relación de los demás personajes, es común. Un ejemplo típico es el de mago Merlín, en las leyendas relativas al Rey Arturo y la Mesa Redonda. Sólo se aproxima a los personajes cuando quiere (y sólo quiere cuando el destino establece que su presencia es necesaria para la resolución de un impase). Vive en la floresta, sólo ligado a pájaros (esa, relación entre pájaros y hechiceros, también es frecuente en las leyendas africanas, especialmente tratándose de Ossaim), sin hijos carnales conocidos o relaciones amorosas destacadas.
Nombre: Ossaim
Filiación: Yemanjá y
Oxalá
Actividad: cura y
liturgia
Dominio: hierbas y
hojas (floresta en general)
Colores: rojo y azul
(a veces también verde, según O.
Cacciatore; el verde y
blanco según Verger)
Salutación: Eu-eo!
Comidas: farofa,
porotos negros, miel y humo
Sacrificio: macho
cabrío y gallo
Día: lunes o jueves (según
Cacciatore) sábado (según Verger)
Sincretismo: San Benedito
EL ORGULLOSO Y DOMINADOR XANGO
Orixá
popularísimo en Brasil, Xango recuerda bastante al Zeus de la mitología greco-romana: así como
su correspondiente europeo, es una divinidad relacionada a la
fuerza y a la justicia,
detentando poderes sobre rayos y truenos, demostrando en las leyendas a su
respecto, una intensa actividad amorosa. Su importancia en Brasil
es grande llegando a
originar cultos específicos en Pernambuco y otros estados del Nordeste.
Xango es uno de los orixás más populares en el Brasil. Históricamente se le atribuye, el reinado sobre la ciudad de Oyó (el que llegaría más tarde a destronar al mejor hermano Dadá-Ajaká, a través de un golpe). A pesar de historias como esa, comunes en la tradición ioruba, en el caso de Xango es particularmente importante, ya que casi todo lo referente a su figura se relaciona con su status de rey.
Su nombre está siempre asociado a la fuerza especialmente al poder que difícilmente es disentido. Es citado como un orixá autoritario y poderoso, que sabe despertar en los humanos el respeto por su determinación.
Decide sobre el bien y el por sus decisiones, no sólo por su poder represivo, pero sí por su rectitud inquebrantable.
Es el orixá del trueno y del rayo. Míticamente el rayo es una de sus armas, que él envía como castigo, nunca impensado o arrebatado, pero sí como final de un proceso donde todo es pesado. Toda esa imagen hace que Xango sea asociado a la firmeza de la roca: duro y estable, al contrario de la fuerza móvil y agresiva del hierro transformado en arma, en el caso de Ogum.
Su axé (poder) está concentrado genéricamente en las piedras. En una visión litúrgica más estricta, no obstante, ese axé habitaría las piedras resultantes de la destrucción provocada por un rayo.
A pesar de la respetabilidad que rodea la figura de Xango, el no llega a identificarse con la imagen de patriarca comúnmente atribuida a Oxalá dentro del culto del candomblé. Más contradictoriamente existe algo en común entre Xango y Zeus, como apunta Pierre Verger al hablar sobre los símbolos del orixá: "El símbolo de Xango es el hacha de dos láminas estilizado, oxé, que sus eleguns llevan en las manos cuando están en trance. Recuerda el símbolo de Zeus en Creta. Ese oxé parece ser la estilización de un personaje cargando el fuego sobre su cabeza, este fuego es al mismo tiempo, el hacha doble y recuerda de cierta manera la ceremonia llamada ajeré, en la cual los iniciados de Xango deben cargar en la cabeza una jarra llena de agujeros dentro de la cual arde un fuego vivo. Ellos se sienten incómodos por ese fardo ardiente, demostrando a través de esa prueba, que el trance no es simulado".
La popularidad del orixá es tan grande que en algunas regiones como Pernambuco, su nombre es utilizado para la designación de todo un culto.
Toda la gravedad y firmeza atribuidas a Xango no lo apartan de las características humanizadoras que poseen los orixás del candomblé. Así, Xango sería como su "punto débil", la sensualidad devastadora y el placer. Es señalado como figura vanidosa en muchas leyendas y cánticos, teniendo tres esposas: Iansa, Oxum y Obá.
Por el carácter presentado en las historias, el arquetipo referente a Xango sería el de una persona capaz de insistir en la conquista amorosa, sin importarle los medios necesarios. Tal es así que en las leyendas señalan a Xango como un feligrés del herrero Ogum. Va permanentemente a la casa de éste, muy abrumado, lanzando mirada sobre Iansa, que finalmente abandona la casa de Ogum para quedarse con su conquistador. Más tarde, él quedó fascinado por la belleza de Oxum, y pasó a perseguirla incesantemente. Algunas historias cuentan que Xango solo no era violento porque Oxum se lo impedía. Otras versiones dicen que Xango, caballerescamente, se postró a los pies de Oxum, en prueba del respeto que ella le despertaba. Además existen versiones que responsabilizan a Oxum por tener dominada la situación, al imponer a Xango que durmiera a sus pies, evitando con su determinación, la violencia.
Cualquiera de las versiones presentadas, muestra el carácter arrebatado de Xango en el amor, opuesto a su postura más sólida, en las demás cuestiones.
Se le atribuye al tipo Xango, un físico fuerte, pero con algo de gordura, con tendencia a la obesidad. Por otro lado, esa tendencia es acompañada por una estructura ósea bien constituida y "firme como una roca" como se acostumbra decir. Tal vez sea medio bajo, con tronco fuerte y largo, en oposición a su altura. De cualquier manera, personas ligadas al candomblé acostumbran facilidad en reconocer a los hijos de ese santo sólo por la estructura física.
Psicológicamente los hijos de Xango presentarían una fuerte dosis de energía y de auto-estima, una consciencia de que son importantes, de que son dignos de respeto y que su opinión sobre cualquier tema será decisiva. Claro que esas manifestaciones no se aproximan a la megalomanía, además porque la energía magnética que esas personas, suelen conseguir de sus interlocutores, por lo menos, parte, de esa autoridad que se reservan. La postura "real" de los hijos de Xango, por lo tanto, viene de esa configuración.
Como Xango es vanidoso y sociable (sin la agresividad bélica de Ogum o la necesidad de aislamiento de Oxossi y Ossaim), las personas de su tipo suelen tener cierta exageración en el perfeccionamiento, o por lo menos ser bastante educadas Por eso, el "Señor del ingenio" que habita dentro de ellos hace que nieguen el cuestionamiento, especialmente si ya tiene cerrado el asunto en cuestión. Gustan por lo tanto, de decir la última palabra, aunque saben escuchar.
Cuando son contrariados, pueden tornarse rápidamente vio lentas e incontrolables. En ese momento resuelven todo de manera impensada y demoledora, pero "hecha la ley" retornan a su comportamiento usual. Son fuertemente atraídas por el sexo opuesto. La conquista sexual ocupa un lugar destacado en su vida. En síntesis, el arquetipo reservado para Xango, se aproxima a la figura patriarcal del "déspota ennoblecido, aquel que tiene el poder, lo ejerce inflexiblemente, no admite dudas en relación a su derecho, pero juzga a todos según un concepto estricto y sólido del bien y del mal. O sea, a pesar de cierta tendencia autoritaria, él la canaliza de manera ética, siendo variable en el humor, pero incapaz, conscientemente, cometer una injusticia.
Nombre: Xango (el distribuidor de justicia).
Filiación: Oranhia y
Yemanjá.
Elemento: piedra.
Dominio: rayo y trueno - justicia.
Colores: rojo y
blanco (en umbanda marrón).
Salutación:
Kawó-Kabiesilé!.
Comidas: amalá
(caruru de quiabos).
Sacrificio: gallo y
carnero.
Día: miércoles.
Sincretismo: San
Jerónimo.
En la literatura, puede ser encontrado fácilmente en los personajes patriarcales fuertes, que dominan una familia, una empresa o un imperio con mano firme, pero de manera honesta. Un caso típico es el del padre del clan Karamasov, que además de toda la autoridad típica de Xango, se deja llevar por la atracción fulminante que siente por la prostituta Grushenka, compañera tanto de cama, como de farras, y la que finalmente tendrá que disputar con el propio hijo de Dimitri.
IANSA: ARREBATADORA Y DOMINADORA
Primera
entidad femenina a surgir en las ceremonias, Iansa impresiona por la
independencia casi salvaje característica de su comportamiento. Esposa de Ogum,
lo dejó cuando se dejó fascinar por el magnetismo de Xango, más no cortó
completa mente las relaciones con le
primer esposo, convirtiéndose en su amante; otras leyendas, no aseguran que
Iansa y Ogum se volvieran
enemigos irreconciliables después de la separación.
Tales idas y venidas de su vida, le dan un toque original a los hijos de ese orixá, fuera de su autoridad y franqueza. En las ceremonias de candomblé en que los orixás se presentan, incorporándose a sus hijos-de-santo, la primera divinidad femenina que surge, es Iansa. Ella viene al frente de los orixás femeninos, blandiendo su espada guerrera agresiva y al mismo tiempo, feliz. Su imagen es siempre asociada a la felicidad extrovertida, de la mujer que sabe pelear y defender lo que tiene con uñas y dientes, aunque también es expansiva en el amor y en cualquier otro momento de alegría.
Es orixá de un río, conocido como Níger, cuyo nombre original en ioruba, también da el nombre por el cual Iansa es conocida y venerada en Africa -Oyá- nombre poco usado en el Brasil. Aquí es muy conocida y tiene muchos hijos. Fue la primera esposa de Xango y por él abandonó a Ogum, fascinada por el tipo elegante y fino del dios del rayo, en oposición a la tradición rústica de Ogum. Aquí las leyendas se dividen. Algunas atribuyen a Iansa una inmensa y terrible pasión por Xango, sentimiento ese que se manifestaba a través de su eterna presencia al lado de él. Dado su carácter extrovertido, Iansa permanecería al lado de Xango no sólo a diario, sino también en las guerras, en la caza y cualquier otra situación. Una de estas historias sobre ese amor, dice que Iansa buscó la muerte por su propia voluntad al saber de la muerte de Xango.
Sería
esa escuela motivada por el amor que la aproximaría a la muerte, atribuyéndosele poderes
sobre los eguns. De acuerdo con
el diccionario de Cultos Afro-Brasileros, de
Olga Cacciatore, ella es "el único orixá que teme a los eguns, dominándolos con su
iruexim (su instrumento litúrgico durante las fiestas, una vara de pelo hecha del rabo de un caballo, atado a un
cabo de hueso, madera o metal)".
Hay otras versiones del triángulo Iansa-Xango-Ogum, atribuyen a Iansa una gran fascinación en relación a Xango, ya que el era el opuesto de Ogum. Pero después de haberlo desposado, Iansano habría resistido, volvería a encontrar con Ogum tomándose su amante, lo que vendría a corroborar ciertas características atribuidas al arquetipo psicológico referente al Iansa, como veremos más adelante. De cualquier forma, la pasión de Ogum por Iansa sobrevivió a la separación. De acuerdo con las diferentes interpretaciones. se tornaron enemigos a muerte por esa causa (en algunas regiones, llevan luto) o amantes; por eso sea cual fuera la forma, la relación continuó, insistiendo en el hecho de que Iansa es arrebatada, sorprendente, pero extremadamente fiel a sus propias convicciones, y especialmente a sus propios sentimientos.
Es la reina de los vientos, rayos y tempestades. Su temperamento es míticamente presentado como apasionado, dominador, arrebatado y corajudo. Su osadía, según una leyenda, sería la responsable por los poderes que ostenta; Xango habría mantenido contacto con hechiceros de otros reinos y habría conseguido la promesa de recibir un preparado mágico que ellos poseían y que le permitiría soplar viento y fuego por la boca y por la nariz. Usó a la esposa como mensajera; ella le trajo la poción, pero antes la probó, pasando entonces, a dividir con él la misma fuerza. Con el tiempo, a pesar de los poderes de ambos, se fue estableciendo una cierta separación, dejando a Xango, el poder del rayo y del trueno y a Iansa los vientos, se produce la tempestad, en oposición a la lluvia más calma, que ayuda a la agricultura, producto de la asociación entre Xango y Oxum.
Otra historia atribuye al poder de Iansa otro acontecimiento bastante decisivo. Los orixás estarían cansados de no tener acceso a las hojas, tan importante para cualquier celebración litúrgica y para muchos otros aspectos de la vida material. En ese aspecto, eran completamente dependientes de Ossaim, que reinaba sólo en su dominio, incitado por Xango, Iansa movió fuertemente su saya, provocando un terrible viento (el afeté) que arrancó todas las hojas que Ossaim intentaba resguardar con su cuerpo. A partir de entonces, las hojas fueron repartidas y cada Orixá posee sus plantas, aunque eso no separó totalmente a Ossaim de su poder.
En otras leyendas, Iansa aparece teniendo origen animal. Ella habría salido del interior de un búfalo, lo que sólo habría sido presenciado por Ogum, su primera relación amorosa, registrada en los mitos. Esa cara de animal, sirve para explicar la imagen cercana a lo salvaje que se asocia a ella. Su danza en lo terreno es una mezcla de guerrera, blandiendo la espada para separar los oguns y marcar su poder y autoridad, pero también, una extravagancia, una fiesta de ella para ella misma y para todo su entorno. Es tanto una autoafirmación, como también, una celebración explosivamente sensual.
Serían así, por lo tanto, todas las hijas (e hijos) de Iansa. Arquetípicamente, estarían ligados a personajes que transforman la vida en un gran aventura y en una gran fiesta constante. De aquellas que, repentinamente, cambian todo el rumbo de su propia vida, por un amor o por un ideal. Que pueden en cualquier momento, tener crisis de cólera o de irreprimible felicidad. La Gabriel de Jorge Alado, por lo tanto, tendría características del tipo Iansa: cuando se le ocurre, tira los zapatos, arrojándolos al aire y sale brincando con los chicos de la calle, feliz porque el sol pega en su piel y por que está girando, girando...
Los hijos de Iansa son por lo tanto, generalmente extrovertidos y francos. Leales, se abren totalmente y les es imposible esconder la alegría y la tristeza. Dentro de su franqueza, no consiguen -o no quieren- esconder las emociones cuando están atraídos por alguien, lo que puede complicar un poco su situación en una sociedad monogamica, ya que se encantan con personas diferentes de la misma manera con que se encuentran con las otras situaciones de la vida: intensa y variadamente.
Pierre Verger dice que el arquetipo de Iansa corresponde a la imagen de "mujeres" (...) cuyo temperamento sensual y voluptuoso pueden llevarlas a aventuras amorosas extraconyugales múltiples y frecuentes, sin reserva ni decencia, lo que no les impide continuar muy celosas de sus maridos, engañados por ellas mismas".
Toda esa fuerza puede llevarlos al autoritarismo, lo que hace que esos individuos sean reconocidos como extremadamente malhumorados, o por lo menos, talentosos, cambiando a cada momento sus estados de ánimo. Ese aspecto "difícil" de temperamento, sería consecuencia de prohibiciones o impedimentos de cualquier especie a la realización de sus ansiados objetivos.
Nombre: Iansa
Filiación: Yemanjá y
Oxalá
Elemento: viento
Dominio: vientos y
tempestades
Colores:
marrón-rojizo, en el umbanda; rosa-coral en la ropa y amarillo en los
collares.
Salutación: Epahei!
(con aspirada)
Comidas: acarajé y
amalá de 14 quiabos
Sacrificio: cabra y
gallina
Día: miércoles
Sincronización: Santa Bárbara (invocando cuando hay tempestad.
LA BELLA VANIDOSA OXUM
Aiieieo, aiieieo Mamae
Oxum" es un trozo de samba-enredo de la escuela de samba Imperio Serrano,
de río de Jneiro. Sin duda, Oxum es un orixá femenino bastante conocido y
venerado en el Brasil, donde su imagen es casi siempre asociada a
la maternidad, siendo común ser invocada a través de la cariñosa expresión
Mamae Oxum. Oxum es el nombre de un río en Oxogbo, provincia de Ibada, Nigeria.
Es también la morada de la diosa que le da el nombre, siendo
ella conocida como la dueña de las aguas dulces. Por lo tanto, su elemento
y el habitad natural es el lecho de los ríos y especialmente, las cascadas,
donde acostumbran hacerle entrega de las comidas y los presentes.
Tiene a su cargo el don de la fertilidad, así como Yemanjá. Es a ella a quien se dirigen las mujeres que quieren embarazarse, siendo responsabilidad de Oxum, también cuidar de los fetos que están en gestación y por los recién nacidos, hasta que puedan hablar.
A pesar de esa fuerte marca de maternidad, Oxum es generalmente presentada como una diosa joven. Fue reina de Oyó, como segunda esposa de Xango -su preferida- por la jovialidad y belleza.
Además de esas relaciones, Oxum también es considerada la diosa de la belleza y por algunas extensiones, no aprobada totalmente por el candomblé tradicional, también la diosa de las artes y de todo donde la estética es importante, ya que sería una figura bella y gustaría de estar rodeada por lo que es bonito y vistoso. Por otro lado, es también la diosa del dinero, de la riqueza, atribuyéndosele un gusto refinado. Popularmente en Brasil se acostumbra asociar a Oxum al oro, el que es reforzado por el amarillo oro de sus ropas en las ceremonias y en los collares de los hijos-de-santos; finalmente es el mal más valioso que conocemos. Según la tradición ioruba, su metal es el cobre, pero la correlación con el oro no está errada, de acuerdo con los historiadores, el cobre era el metal más caro conocido en aquella nación.
Por su belleza, Oxum habría despertado muchos amores. Pero su relación más importante fue con Xango (hay una leyenda al respecto de como ambos se conocieron, en el artículo referente a Exu). Su relación con la figura de Exu también es satisfactoria, ya que él habría ayudado tanto en relación a la primera violencia de Xango, como en la segunda. Cuenta una historia que Xango, queriendo ejercer control total sobre Oxum, la puso presa en la torre de su castillo. Exu, pasando por allí, oyó a Oxum llorando y se interesó en saber la razón de tal sufrimiento. Fue Exu, por lo tanto, que llevó el pedido de socorro a Orumilá ( el dios supremo), el cual sopló un poco sobre Oxum, transformándola en una paloma, posibilitando así que ella volara y consecuentemente huyera. Es por esa leyenda que la paloma es un ave sagrado para los seguidores de Oxum.
Son atribuidos a Oxum ciertos poderes de hechicera, o, por lo menos de fácil acceso a ellos. Así, su poder sobre la maternidad sería resultado de una hechicería. Pierre Verger recogió la siguiente leyenda al respecto:
Cuando todos los orixás llegaron a la tierra, organizaron reuniones donde las mujeres no eran admitidas. Oxum fue aborrecida por ser puesta de lado y no poder participar de todas las deliberaciones. Para vengarse, volvió estériles a todas las mujeres e impidió que las actividades de los dioses llegasen a resultados favorables. Desesperados, los orixás se dirigieron a Olodumaré (Olorum) y explicáronle que las cosas iban mal en la tierra, a pesar de las decisiones que tomaban en sus asambleas. Olodumaré preguntó si Oxum participaba de las reuniones y los orixás respondieron que no. Olodumaré, les explicó entonces que, sin la presencia de Oxum y de su poder sobre la fecundidad, ninguna de sus empresas podrían salir bien. De vuelta a la tierra, los orixás convidaron a Oxum para participar de sus trabajos, lo que fue aceptado por ella después de mucho rogarle. Enseguida las mujeres se tornaron fecundas y todos los proyectos obtuvieron felices resultados.
Esta narración puede sorprender a quien siempre identificó a Oxum como una figura que podría representar el objeto sexual de los orixás, ya que siempre es recordada por su belleza, por su relación con la maternidad y su docilidad. En verdad esta es una mentira que la misma naturaleza de Oxum quisiera provocar. Finalmente, son muchas las particularidades en el culto que coinciden con esa idea. En el peji (altar) de Oxum, además de las cortinas, platos, vasijas con agua y comida común a todos los prixás, se acostumbra que haya flores, perfume y hasta muñecas. Entre sus símbolos, existe una espada, como es común a todos los orixás, pero también esta el abelé, una especie de abanico de latón. Una miniatura de su abelé queda junto a su otá (una piedra traída del fondo de un rió o de una cascada, un canto rodado y desgastado por el agua) dentro de una sopera de loza blanca, sumergida en miel.
Su danza también insiste en esa imagen de vanidad, pues, al danzar, imita los gestos de una bella mujer que encantada con lo que hace, está bañándose en un río, peinándose con un pequeño espejo, siempre con gestos graciosos, abanicándose con placer, agitando los brazos coreográficamente para que el sinnúmero de sus brazaletes tintinearan. De hecho, las características de exageración, de cierta exhibición, de gusto por lo que es caro, lujoso y bonito, son muy fuertes en Oxum. Su función de madre también es valorizada. Pero nada de eso la hace una mujer meramente pasiva. Muy astuta, es competitiva y esta siempre alerta, pero gusta de confundir a sus amigos, aprovechándose de la imagen "desprotegida" que posee. Su arquetipo psicológico, por lo tanto, se parece mucho a la imagen que se tiene de un río, de las aguas que son su elemento; una superficie generalmente plana, tranquila y amistosa, que puede esconder corrientes fuertes, remolinos difíciles de dominar y grutar profundas e inesperadas.
Hay un refrán que dice: "traicionero como un río". No hay nada específicamente traicionero en Oxum, pero sus hijos son diplomáticos, cuidadosos y no muy sinceros, sobre todo cuando la sinceridad puede traer una discusión que puede ser evitada.
Los hijos de Oxum prefieren soslayar un obstáculo que enfrentarlo, al contrario de lo que harían los hijos de Iansa y Obá. Su actitud nuevamente recuerda el movimiento del río, cuando el agua soslaya una piedra grande que está en su lecho, en lugar de chocarla violentamente.
Son persistentes en lo que buscan, teniendo objetivos fuertemente delineados. Pero a veces puede parecer que los hijos de Oxum hasta se olvidaran de una cuestión que antes era importante, no importándoles más el rumbo de los acontecimientos referentes al alma. En la realidad Oxum estará vagando por otros caminos, utilizando otras estrategias.
Para
esa imagen dulce que esconde una determinación fuerte, colabora la tendencia
que los hijos de Oxum tienen para engordar, no llegando
precisamente a una gran obesidad, pero
sin duda, dejándolos como la imagen de seres rollizos, sin duda tiene algún
parentesco con el aruqetipo ligado a Oxum, además que sus hijos gustan de la
vida social, las fiestas y los placeres en general. Su tono siempre amigo y
accesible acrecienta y refuerza esa tendencia.
El sexo es importante para Oxum, como cualquier otro placer. Por lo tanto, sus hijos tienen a poseer una vida sexual intensa y significativo, pero diferente de los de Iansa. Mientras éstos se revelan totalmente en su sensualidad, los hijos de Oxum son más discretos, pues así como aprecian destacarse en la sociedad, también temen los escándalos o cualquier cosa que pueda denigrar la imagen de inofensivos bondadosos que poseen. Los "casos" cuando existen, son secretos y desprovistos de violencia, ya que Oxum gusta de relaciones gentiles y suaves. Forma parte del tipo, una cierta pereza coqueta, una ironía persistente, pero discreta y en apariencia inconsecuente.
Verger define así el tipo: "El arquetipo de Oxum y de las mujeres graciosas y elegantes, con pasión por las joyas, perfumes y vestimentas caras. De las mujeres que son símbolos de charme y de belleza. Voluptuosos y sensuales, per eso más reservadas de Iansa. Ellas evitan chocar con la opinión pública, a la cual dan gran importancia. Bajo su apariencia graciosa y seductora, esconden una voluntad muy fuerte y gran deseo de ascenso social". Es sin duda, una imagen rara en el universo violento y arrebatado de los orixás
Nombre: Oxum
Filiación: Yemanjá y
Oxalá
Elemento: agua
dulce
Dominio: belleza
(estética) y oro (dinero; también actúa
sobre la maternidad amarillo oro (en el umbanda umbanda, blanco y azul)
Colores:
amarillo-oro (en el umbanda, blanco y
azul)
Salutación: Aiieieo, o
Eri ieie o, ó Ora Ieie o
Comidas: omolocum
(poroto tostado, cebolla y camarón),
xinxin de gallina
Sacrificio: cabra,
gallina, pata
Día: sábado
Sincretismo: diversas Nuestras Señoras (según la región.
Es un arquetipo atemporal, pues, a pesar de que en el candomblé existieron diversas Oxums (varían de edad de acuerdo con la profundidad del río en el lugar en que habitan), la figura de diosa tanto es maternal como pasa por la manía de una vieja, y también posee una juventud eterna, con su forma de crianza inconsciente, que juzga naturalmente merecer todos los cuidados y mimos.
Este es otro rasgo que marca a los hijos de Oxum: el tiempo pasa más lentamente por ellos. Cuando físicamente ya dan señales de la edad, todavía existe dentro de ellos una adolescencia voluntariosa y jovial, que nunca desaparece, escondiendo siempre, a través de la superficie serena del río, las aguas profundas y misteriosas que ninguno realmente conoce, a no ser que se sumerjan en ellas. En las regiones del Nordeste de Brasil, también son venerados como Oloxum.
OBA: ESFORZADA E INCOMPRENDIDA
Así como Oxum, Obá es una divinidad que habita míticamente un río, cuyo nombre es el mismo de la divinidad. Es también ligada al agua dulce, así como Oxum es la dueña de un río aparentemente calmo. Obá es relacionada al agua revuelta.
En
realidad, el concepto básico ligado a
ella es la pasión, pero no en la perspectiva feliz y libre de Iansa. Así
como la dueña de los vientos y la madre del agua dulce, Obá también se casó con
Xango. Sería según sus leyendas, la
tercera orixá tomada por esposa en un casamiento polígamo. Probablemente
es la época en que ambos se
reunieron, Xango ya había cortado sus lazos más fuertes con Iansa. Dice
una de las historias que Obá sufría mucho. No se sentía amada por Xango en la misma medida en que él amaba a Oxum. Era insegura en relación a todo lo que
tuviera que ver con su marido, pues ella misma era una mujer un poco áspera y sin grandes atractivos. Oxum era más joven y bonita. Obá, por eso, no
era desconfiada, al contrario, su postura francamente honesta ante la vida, lo
hacía una mujer crédula. Sabiendo que Xango apreciaba mucho las constantes
recetas nuevas que Oxum le preparaba, se mostró dispuesta a aprenderlas, y con
ese objeto se aproximó a la otra esposa de su marido. Oxum, sin embargo, no
creía justo enseñarle todo lo que sabia. Resolvió entonces, hacerle una mala
pasada. Fijó un horario para que Obá fuese a su casa a aprender la receta que
tendría poder mágico sobre la sexualidad de Xango.
Cuando Obá apareció. Oxum cocinaba una sopa donde estaban dos hongos. Usaba un paño atado a la cabeza, escondiendo sus orejas y dide a Obá que estaba preparando un caldo con una de sus orejas. Afirmó ser esa la receta favorita de Xango. Obá entonces, preparó una sopa en donde colocó sus orejas y la sirvió muy contenta a Xango.
Como era de esperar, la reacción de su esposo ante su imagen, con una oreja cortada, fue tremendamente negativa. Y fue todavía peor cuando vio el plato de comida que esperaba le sirviera. Después de ser reprendida por Xango, Obá, además tuvo que soportar la figura divertida de Oxum, que se quitó el lienzo que cubría sus orejas, revelando a su rival que todo era una mentira. Contada la verdad, Obá y Oxum se enredaron en una terrible lucha física, que se terminó porque Xango tuvo una de sus temibles explosiones de cólera haciendo que ambas escaparan despavoridas. Ese pavor sería transformado en cada uno de los ríos que le dan sus nombres. Y tan imagen poética perdura hasta hoy, cuando el río Oxum y el río Obá se encuentran formando un sólo en una confluencia bastante agitada y peligrosa.
Algunos poderes-santos sostienen que buena parte de los hijos de Obá (casi todos) presentan temporaria o eternamente algún defecto de audición (algo parecido con lo que sucedería con los hijos de Ossaim y de Obaluaie en relación a una pierna).
En las ceremonias, Obá presenta una danza marcial, empuñando una espada o un sable de cobre, agresivamente, mientras que en otra mano lleva un escudo (de cobre también) con el cual esconde el lado sin orejas de sus rostro. Cuando el se incorpora (lo que raramente ocurre) se lanza inmediatamente sobre un hijo de Oxum, furiosa, especialmente si ella estuviera cerca de alguien de Xango.
La leyenda y la postura de Obá en las ceremonias ya dejan entrever todas las principales características en términos de un arquetipo psicológico. Un tipo tenso, hasta cierto punto angustiado, con gran energía nerviosa, que puede explotar tanto en extrema agresividad, como también en melancolía y depresión.
Una frase de Verger, define bien ese carácter: "El arquetipo de Obá es el de las mujeres valiosas e incomprendidas." El sufrimiento forma parte de su vida. Es como si todo por lo que lucha un hijo, se torna más difícil, se necesita la prueba de una gran capacidad de lucha y resistencia (que él probablemente tiene), más no siempre -o raramente- es comprendido. El hijo de Obá no esquiva el trabajo duro, pero tal vez le falte un poco de forma, ya que tiende a ser duro e inflexible En algún aspecto, Obá puede ser considerada el arquetipo femenino de Ogum.
Pero existen características bastante diferentes a destacar en dos orixás. En Obá, l masculinidad es una característica un poco más desequilibrada que en Ogum, ya que el orixá base para el concepto, es mujer. Así, su dificultad en ser gentil puede ser encarada como mera brutalidad, en un concepto más negativo. Los hombres hijos de Obá pueden ser considerados innecesariamente rudos. Las mujeres serían vistas como poco femeninas.
La sinceridad y el apego a la verdad son muy fuertes, más lo que provoca el "exceso" de fuerza y de aspereza en Obá, es la herencia de la conciencia de que no era amada por Xango. En el arquetipo reside el temor al rechazo, que puede provocar en los hijos de ese santo una defensa automática dándole la postura agresiva.
Además de eso, son terriblemente celosos, posesivos en el amor, lo que les acarrea grandes dificultades. Cuando aman, no tienen a ser los "señores" de la relación, como Xango o Iansa, no tienen la independencia de Ogum y de Oxum, que, cada uno a su forma, sobreviven las separaciones.
De cierta manera, marcados para sufrir en las relaciones emocionales, los hijos de Obá son también marcados con la estrella del ascenso social o de éxito en las empresas que emprenden, siendo difícil que uno de ellos no se destaque o por lo menos no consiga el status deseado. Esta casi certeza se vería en el hecho de que las energías amorosas, reprimidas por los fracasos tenderían a concentrarse en la carrera del éxito. Se ha dicho, en general, que entre las mujeres que se destacan se podrá encontrar muchas hijas de Obá.
Nombre: Obá
Filiación: Yemanjá y
Oxalá
Elemento: agua dulce
(a veces revuelta)
Dominio: guerra
Colores: amarillo y
rojo Obá xireé!
Comidas: abaré,
acarajé, porotos fredinhio, farofa de aceite y huevos.
Sacrificios: cabra,
gallina, pata
Día: miércoles
Sincretismo: Juana de Arco
OXUMARE: LA ALTERNATIVA ENTRE OPUESTOS
Oxumare
posee una característica singularísima
frente a los demás orixás: es bisexual, pasando mitad del año como
entidad masculina y mitad del año como femenina. Representado de dos maneras
distintas -el arco iris y la cobra- simboliza el movimiento, la transformación
constante a semejanza del Yin-Yan del
que hablan los chinos. Sus hijos reflejan este concepto en los cambios de vida
radicales y cíclicos; además de eso se
presentan orgulloso y
exhibicionistas, rasgos adornados por la
generosidad y desprendimiento.
En relación a Oxumare, cualquier definición es rígida y difícil. No se puede decir ni que sea un orixá masculino ni femenino, es las dos cosas. De otro modo, dos dualidades, son conceptos absolutamente pertinentes a la mitología de Oxumare. El tiene dentro de si la dualidad básica, el bien y el mal. Durante seis meses es masculino, es representado entonces por el arco iris, el cual, según las leyendas, llevaría el agua de la tierra para el castillo de Xango, en el cielo. En esa leyenda es atribuido a Oxumare el poder de regular las lluvias y las sequías, ya que, en cuando brilla el arco iris, no llueve, pero el agua es llevada (por la evaporación) para los cielos, donde nuevamente se convertirá en líquida y una vez más en lluvia.
Durante los otros meses, Oxumare asume forma femenina y en esa fase, sería una cobra que se arrastra ágilmente en la tierra como en el agua. Aunque en algunos mitos, tal vez influenciados por concepciones occidentales, será en esa fase que Oxumare muestre su forma más negativa; en otro, no existe tal separación entre una fase y otra.
En verdad, lo que se puede extraer de las contradicciones arco iris - cobra masculino- femenino, es que Oxumare es el orixá del movimiento, de la acción y de la eterna transformación. Así, su dominio se extendería a todos los movimientos regulares, que no pueden parar, como la alternativa entre lluvia y buen tiempo, entre día y noche, entre positivo y negativo. Se cuenta sobre ese orixá que como cobra, puede ser bastante agresivo, lo que lo llevaría a veces a morder su propia cola, generando un movimiento circular continuo que representaría la rotación de la tierra y el mismo movimiento incesante de los cuerpos celestes en el espacio. Si esa acción terminase, el caos destruiría el universo. Rasgos de este tipo pueden ser encontrados en las historias que dicen ser absolutamente necesario alimentar y cuidar muy bien de Oxumare, pues si él perdiera su fuerza y muriese, la consecuencia sería nada más y nada menos que el fin del mundo.
Por otro lado, tanto el arco iris, como la cobra no necesitan obligadamente ser entendidos como el antagonismo entre el bien y el mal. Primeramente se puede atribuir a la belleza del primero, que marca el final de las grandes tempestades, un carácter típicamente positivo, en tanto que la cobra, representaría lo opuesto, dada su imagen de animal peligroso, furtivo, especialmente para un civilización de la selva, lugar en que la cobra puede surgir en cualquier momento, en los ríos, arrastrándose por el suelo o enroscada en los árboles.
La cobra y el arco iris, sin embargo, son la representación de una misma característica común: la renovación, la sustitución. Así el arco iris, como fenómeno físico, es la oposición a la lluvia que termina, constituyéndose en el reflejo que las partículas de sol, ahora brillando en el cielo, provocan en los cristales líquidos que están en proceso de evaporación. Pero, si son la respuesta evidente del final de la lluvia, también representan la garantía de una nueva lluvia que vendrá cada vez que el agua esté volviendo para las nubes, se comprueba así, que como la tempestad, el buen tiempo también es pasajero. La cobra también se encuadra en esa simbología por ser un animal en constante mutación, ya que periódicamente pierde su piel, desmándose completamente.
Por se común su aparición en los ríos y en las cascadas, tanto en forma de cobra de agua, como en forma de arco iris, Oxumaré recibe las ofrendas a él destinadas en esos lugares, eso acaba explicando cierta confusión practicada por segmentos de umbanda y de los candomblé menos tradicionales, que asocian a Oxumare a una de las diferentes formas de Oxum.
Otro punto discutible es el que asocia Oxumare a la riqueza. Según Pierre Verger, "Oxumare es el arquetipo de las personas que desean ser ricas; de las personas pacientes y perseverantes en sus empresas y que no miden sacrificios para alcanzar sus objetivos". Hay padres-santos que niegan esa relación como obligatoria, respaldados por aspectos de la misma mitología del orixá, la perseverancia no podría formar parte de un ser mutable y dual.
Siendo así, al arquetipo Oxumare cabría la tendencia a la renovación, al cambio. Sus hijos serían aquellas personas que de tiempo en tiempo, cambian todo en su vida; casa, amigos, empleo, como una sucesión de ciclos, obligados, provocando un rompimiento con el pasado y iniciando la búsqueda de un nuevo equilibrio, que duraría hasta otro momento de ruptura y de sustitución. También son señalados en los hijos de Oxumare ciertos rasgos de orgullo y de ostentación, algo que lo aproxima a la imagen de nuevo rico exhibicionista; al mismo tiempo tienden a ser generosos y desprendidos cuando alguien necesita de su ayuda.
La andrógina del orixá es a veces extendida a sus hijos, éstos según algunas corrientes, serían bisexuales en potencia, pero esa interpretación no es del todo aceptada. Físicamente pueden presentar la agilidad de movimientos de Oxumare, o el arrastrar arisco y silencioso de la cobra en una constante necesidad de movimiento y acción. Tendrían también de la cobra, la marca en los ojos que pueden ser grandes y un poco saltados.
Nombre:
Oxumare
Filiación: Nana y
Oxalá
Elementos: Movimientos
constantes
Dominio: arco iris y
cobra
Colores: verde,
amarillo (o todos los colores del arco iris)
Salutación: Aro Boboi,
Aro Moboi ó además Ao Boboi.
Comidas: porotos con
maíz, aceite camarones y cebollas y guguru (pipoca)
Sacrificio: macho
cabrío y gallo
Día: miércoles
Sincretismo: San Bartolomé
Al
contrario de la mayor parte de los orixás presentes en el candomblé de Brasil,
descendientes de la nación iorubana. Oxumare es una divinidad probablemente
originaria del vecino Daomé (actual Benin), haciendo sido posteriormente
asimilado por los iorubas. Durante las ceremonias, sus hijos-de-santo
representan al danzar, la dualidad máxima
del orixá al señalar una vez para el cielo y otra para la tierra.
EL RESPETADO Y TEMIDO OBALUAIE
Omolu (u omulu) y Obaluaie son formas diferentes por los cuales es nombrado un mismo orixá, cuyos mitos y la propia figura son rodeados de algún misterio. En ciertos textos se encuentran referencias a omolu como una forma vieja -así como Obaluaie es la forma joven- de una divinidad conocida como Xampana, tan rodeada de tabúes que la simple mención de su nombre llama a burla. A este dios "primero" estarían sometidas todas las dolencias, cabiéndole a su figura específica de Omolu, el poder y la responsabilidad de enviar las enfermedades endémicas a la Tierra para castigar a los que hubiesen violado normas muy serias de comportamiento.
Como
no hay unanimidad en cuanto a este concepto, la idea que acabó por ser la más
popular, es la que establece a Obaluaie el poder de la enfermedad, tanto de
causarla como de curar la. En algunas interpretaciones más estrictas, Obaluaie
sería el "dios de la viruela".
Roger Bastide encuentra una explicación más amplia: así como otros orixás representan fuerzas de la naturaleza en las actividades sociales-productivas de los hombres, Obaluaie se- ría el registro del pasaje de las enfermedades epidérmicas, "castigos sociales" ya que atacarían toda una comunidad de una vez. El carácter de amenaza es tal que asocia cierto halo de terror a la figura de ese orixá.
Su origen, así como Oxumare y Nana, está en la cultura daomedana. Según algunas versiones estos tres orixás habrían sido asimilados por el pueblo ioruba en un lento proceso de fusión de las culturas. Pierre Verger, sin embargo, encuentra en un mito la explicación de una asimilación difícil, provoca da por el choque de dos pueblos: "La antiguedad de los cultos de Obaluaie y Nana Buruku (orixá femenino, también de origen daomeano), frecuentemente confundidos en ciertas partes de Africa, es indicada por un detalle del ritual de los sacrificios de animales que se le son ofrecidos. Este ritual es realizado sin el empleo de instrumentos de hierro, indicando que esas dos divinidades formarían parte de una civilización anterior a la Edad de Hierro y la llegada de Ogum (que vino como Odudua)", ya que algunas versiones históricas atribuyen a Odudua, la conquista de Ife, pero no su fundación. Obaluaie, entonces ya estando esa región, o sea formaría parte de un culto específico de una nación que fue dominada por otra.
Por lo tanto, parte del carácter sombrío asimilado por la figura de Obaluaie, podría ser el resquicio de temor de un pueblo, con una serie de cultos y divinidades que asimilando y dominando a otro, a través de un comportamiento imperialista de dominación, pasaría a temer la revuelta del pueblo subyuga do. Como parte de ese temor, ocurriría la "malignidad" de un orixá ligado a los dominante ya que Ossaina, a pesar de ser el dueño de las hojas y de los remedios, no posee el carácter punitivo de "creador" de la enfermedad, mas apenas de sus funciones litúrgicas ya descriptas en el artículo anterior.
Una versión que puede funcionar como reacción a ese temor, dice que Obaluaie fue abandonado por su madre, Nana (por razones que varían de acuerdo con la historia). En la ocasión, estaría enfermo, marcado por la viruela y muy debilitado. Quien lo recogió y lo curó fue Yemanjá la madre de los orixás iorubas, la que marcaría una asimilación concebida de la cultura dominante sobre la cultura dominada.
De cualquier manera, el sombrío Obaluaie permanece en su danza en las ceremonias rituales, cuando surge vestido con amplias vestimentas de paja, que cubren prácticamente todo su cuerpo y especialmente su rostro. El movimiento de sus hijos-de-santo en la danza se asemeja a una persona que atraviesa sufrimientos terribles, con temblores y fiebres, convulsiones y otros síntomas de flaqueza y enfermedad. Esa imagen de poca salud, tal vez sea consecuencia de la gran lista de alimentos prohibidos ligados al orixá: carne de carnero, cangrejos y peces de agua dulce en general, fuera de diversos frutos.
Por todas esas características, diversos padres-santos señalan los hijos de Obaluaie como personas que poseen rostros extraños. Por ser él un orixá arquetípicamente viejo en edad, sus hijos tienden a aparentar más edad de la que de hecho poseen. Su carácter grave contribuiría a la formación de esa imagen.
En algunas leyendas, Obaluaie es presentado como un orixá que perdió una pierna. Eso se reflejaría en sus hijos como un defecto congénito en una de las piernas, o a la tendencia a que, durante su vida, sufra por un problema de relativa gravedad en sus miembros inferiores, a partir de caídas o desastres, que pueden o no ser curados y llevados al más allá. Al señor de la enfermedad es relacionado un arquetipo psicológico derivado de su postura en la danza: si Obaluaie esconde las llagas del rostro y de la piel en general, no deja de mostrar, por los sufrimientos implícitos en su postura la desgracia que lo abate. En el comportamiento diario, tal tendencia se revelaría a través de un carácter masoquista, componiendo aquél tipo bastante frecuente en las comedias de Moliere, de los que acostumbra exagerar sus sufrimientos al mostrar los a todas las personas. Berger define a los hijos de Obaluaie como "personas que son incapaces de sentirse satisfechas cuando la vida les transcurre tranquila. Pueden alcanzar situaciones materiales envidiables y rechazar, un buen día, todas esas ventajas por causa de ciertos escrúpulos imaginarios. Personas que en ciertos casos se sienten capaces de consagrarse al bienestar de los otros, haciendo completa abstracción de sus propios intereses y necesidades vitales".
En el candomblé, tal interpretación puede ser restrictiva. La marca más fuerte de Obaluaie, no es la exhibición de su sufrimiento, más el sufrimiento en sí. El se revelaría en una tendencia autopunitiva muy fuerte, que puede revelarse tanto en una gran capacidad de somatización de problemas psicológicos en forma de enfermedad física, como elaboración de rígidos conceptos de moral que apartan sus hijos-de-santo diarios, de las otras personas en general y de los placeres. Su insatisfacción básica, por lo tanto no se reservaría contra la vida, pero si contra sí mismo, una vez que fue estigmatizado por su dolencia -ya en sí un castigo.
Así como Ossaim, las personas de ese tipo serían básicamente solitarias. Aún teniendo un gran círculo de amistades, su comportamiento sería íntimamente cerrado, manteniendo una relación superficial con el mundo y guardando su intimidad para sí mismo. No es raro, que sean individuos que juzgan tener caracteres detestables, que no deben ser mostrados, pues sería vergonzoso. Como la paja cubre sus llagas y le da un carácter tenebroso, el hijo de ese orixá ocultaría su individualidad con una máscara de autoridad y hasta cierta aura de respeto y de imposición de cierto miedo a los otros.
Por la apariencia inherente a un orixá viejo, son personas bastante irónicas. Sus comentarios, no son prolijos y superficiales como los de Oxum (otro orixá irónico), más secos y directos, lo que colabora a que la imagen que forma de sí mismo de "terrible", de la misma forma, el orixá debe ser bien cuidado y respetado en los cultos, sino se podría enfurecer y distribuir dolencias mortales.
Nombre: Obaluaie,
Omolu (Xampana)
Filiación: Nana y
Oxala
Elemento:
enfermedad
Actividad: cura
Colores: blanco,
negro (y marrón en algunos lugares)
Comida: pipoca sin
sal, lapitá, aberé,
Sacrificio: macho
cabrío, cerdo y gallo
Salutación: Atotó
Día: lunes
Sincretismo: San Lázaro
YEMANJA: MADRE SEVERA Y PROTECTORA
Famosa en todo Brasil por los ceremoniales dedicados a ella en los playas en ocasión del fin del año, ampliamente divulgada por la prensa. Yemanjá, representa a la perfección a la matrona: formas apulentas, senos grandes y una inmensa prole (15 hijos, si se suman todas las leyendas). Sus hijos aprecian el lujo y se relacionan jerárquica y formalmente con las personas; una vez ofendidos o traicionados, difícilmente perdonan a su detractor.
Sin duda, la "Reina de las Aguas" es el orixá más conocido en Brasil. Buena parte de los brasileños recuerdan a Yemanjá para fin de año: es una tradición en Río de Janeiro, de Santos y en Porto Alegre, la ofrenda de presentes al más, la morada de la diosa, y de ese ritual participan personas que inclusive no tienen mucha relación con el candomblé o cualquier otra de las manifestaciones religiosas afro-brasileras.
Además de eso, se atribuye a Yemanjá la respetuosa condición de ser la madre de una gran mayoría de orixás, según las leyendas.
En el Diccionario de Cultos Afro-Brasilero, Olga Cacciatore hace referencia a 15 dioses que serían sus descendientes: Dadá, Xango, Ogum, Olokum, Oloxá, Iansa, Oxum, Obá, Orixáko, Oke, Obaluaie, Orum (Sol), Oxupá (Luna), Oxóssi y Aje Xalungá.
En el Africa, Yemanjá es asociada a los ríos, así como Oxum y Obá, siendo la diosa del río Ogum (que nada tiene que ver con el orixá del metal y de la guerra). En el artículo referente a Oxóssi, se describe una de las leyenda que explican la aparición del río como ligado a Yemanjá, sería el llanto por la pérdida del control sobre sus hijos Oxxossi y Ogum.
Esa semejanza con las otras diosas del agua es incomprensible, ya que las diferentes tribus y naciones terminaron por descubrir el culto a un orixá femenino específico, el que relacionaban con un río de la región.
En el caso de Yemanjá, sin embargo, las leyendas africanas, ya que relacionaban con el mar. En una historia recogida por Pierre Verger, la relación queda evidente:
"Yemanjá sería la hija de Olokum, dios (en Daomé) o diosa (en Ifé) del mar. En una historia de Ifé, ella aparece casada por primera vez con Orumilá, señor de las adivinanzas, después con Olofin, rey de Ifé, con el cual tuvo diez hijos (...) Yemanjá, cansada de su permanencia en Ifé, se fue más tarde en dirección al oeste. Otrora Olokum le habría dado, por medida de precaución, una garrafa conteniendo un preparado, pues no se sabe nunca lo que puede pasar mañana, con la recomendación de quebrarla en el suelo, en caso de extremo peligro. Y así, Yemanjá, se instaló en el Atardecer de la Tierra, el oeste, Olofin-Odudua rey de Ifé, lanzó su ejercito en procura de la mujer. Rodeada Yemanjá en vez de dejarse apresar y ser conducida de vuelta a Ifé, quebró la garrafa, según las instrucciones recibidas. Un río se formó en ese momento, llevándola para Okum, el océano, lugar de residencia de Olokum, su padre".
El acto de ser la madre de buena parte de los orixá (según los mitos), y tener en todas las representaciones, senos grandes, asocia a Yemanjá, así como Oxum, a la gestación y a la procreación. En Brasil, sin embargo, hubo una separación bastante clara sobre el elemento que corresponde a cada una de ellas. Como el culto a Obá es bastante reducido por aquí, Oxum paso a englobar prácticamente cualquier relación con el agua dulce, mientras que Yemanjá permanece fuerte, pues, en Bahia, las fiestas para ambas son simultáneas: así en el día de Oxum (sincretizada con Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, cuya fiesta acontece el 8 de diciembre), Yemanjá también es homenajeada, mientras que en el día de esta última, 2 de febrero (sincretizada con Nuestra Señora de las Candelas), Oxum recibe presentes.
Otra semejanza que acerca a Yemanjá a Oxum, está en arquetipo psicológico establecido para los hijos de la primera. Así como los eleguns de la diosa de la riqueza, los de Yemanjá aprecian el lujo, las joyas caras y los tejidos vistosos. Gustan de vivir en un ambiente confortable y lo mismo siendo pobres, se puede notar una cierta satisfacción en sus casas, si se comparan con el resto de la comunidad en que habitan. No poseen sin embargo, la misma vanidad coqueta de Oxum, siempre aparentando unas edades mayores, más responsables y decididas que los hijos de orixá del agua dulce. Mientras los hijos de oxum, son diplomáticos y sinuosos, los de Yemanjá se muestran más directos. La fuerza y la determinación forman parte de sus características básicas, así como el sentido de la amistad, siempre rodeada de algún formalismo. Los hijos tienen gran importancia en la vida de alguien que posea ese arquetipo como parámetro de la personalidad y la relación con ellos, puede ser cariñosa, pero nunca olvidan conceptos como, respeto y jerarquía.
A pesar del gusto por el lujo, no son personas demasiado ambiciosas ni obcecadas por su carrera. Se detienen más en lo cotidiano, sin hacer planes para actividades al largo plazo. Más todo eso revela una figura afable, dulce, aunque un poco rígida, con una relación maternal para con todos los que la rodean, también abren la posibilidad de una tendencia un poco concentrada en la vida de los que están alrededor, intentando como buena matriarca, influenciar el destino de los que están "bajo su responsabilidad".
Exactamente, por la importancia que da la rectitud y la jerarquía, Yemanjá, no tolera la mentira ni la traición. Por eso, sus hijos demoran en confiar en alguien, cuando finalmente aceptan a esa persona en su verdadero círculo de amigos, no olvidan una ofensa o una traición. Raramente se olvida esa aflicción.
Físicamente, existe cierta tendencia para la figura "redondeada". Una mirada calma (a pesar de cierta tendencia a súbitas irritaciones) también forma parte de esas características. En las mujeres, es posible que los senos sean grandes y precozmente caídos.
Los símbolos de Yamanjá, en la ceremonia, son el abebé (abanico) redondo, de metal plateado, con la figura de un sirena o de un pez, sin referencias específicas a las espadas comunes en los otros orixás. Su axé es una piedra blanca, venida del fondo del mar, la cual es guardada en una porcelana azul, rodeada de conchas y otros elementos del mar. La danza es una reproducción del movimiento de las ondas del mar.
Nombre: Yemanjá
Afiliación: Odudua (femenino) y Oxalá (según O. Cacciatore) o hija de Olokum (según P. Verger).
Elemento: agua salada
Dominio: maternidad y pesca (y por extensión, todos los temas, ya que es la madre de la mayoría de los Orixás)
Colores: blanco, rosa-claro y azul-claro (en el umbanda, azul y blanco). También se asocia a ella el color plata, que tanto se presenta en la corona de reina del altar de Yemanjá como en las cuentas de vidrio transparente que usan sus hijos.
Salutación: Odoiá! u Odo-fé-iabá!
Comida: ebó de maíz blanco con miel, arroz, angu y otras comidas blancas (en umbanda, peces blancos).
Sacrificios: pata, gallina y cabra (blancas)
Día: sábado
Sincretismo: diversas Nuestras Señoras (depende de cada religión).
OXALA: DIOS DE LA CREACION
El blanco -símbolo tradicional de la pureza- es el color de todo lo que está ligado a Oxalá, el responsable según la mitología iorubana, de la creación y administración del mundo. Sincretizado con el Señor del Buen Fin, es el orixá más querido y respetado del templo Afro-Brasilero, pues guía a los demás orixás y por consiguiente, a los hombres. Como consecuencia de eso, se muestra paternal, calmo en los momentos más difíciles; una divinidad distante y cierta tendencia a la centralización también forman parte de la imagen típica.
Si el color blanco en general es asociado al candomblé, entre los orixás, éste pertenece más específicamente más a Oxalá. Esa apropiación del blanco por parte del culto, sin embargo, no es un acontecimiento aleatorio. Por el contrario, hay una razón muy clara: el color blanco es identificado con todos los practicantes, porque todos rinden homenaje a Oxalá.
Existe una costumbre, inclusive, de usar ropa blanca en los días de su homenaje, el dios africano más respetado y amado por los hijos de cualquier orixá. Eso ocurre, porque, jerárquicamente hablando, el papel de Oxalá es único.
Según la mayor parte de las leyendas, él es el padre de todos los orixás. Hijo directo de Olorum u Olodumare, el dios supremo de la mitología afro-brasilera, Oxalá representaría el cielo, principio de todo, que al tocar el mar, en la representación simbólica de un acto sexual, habría creado todos los otros orixás, para que cuidasen de los seres de la Tierra, los hombres, rodeados por los cielos y por el mar en todos lados.
Hay además leyendas más elaboradas, que ocultan la participación de Odudua, un orixá bastante controvertido. En algunos trabajos, se asigna el sexo femenino para asumir el papel de compañera de Oxala; pero esa versión, según Pierre Verger, no pasa de una mistificación, un producto de un mala investigación. Verger, al contrario, afirma que Odudua es una figura masculina, de carácter más histórico que mítico. En su libro Orixás, traza un interesante paralelo entre los hechos elegidos a partir de la historia africana y leyendas recogidas junto a los candomblés africanos.
De acuerdo con su estudio hay un leyenda que atribuye a Oxalá el trabajo de crear el mundo, delegado por Olodumaré-Olorum, el dios supremo. Para eso, se le brindó una bolsa cerrada, donde existirían fuerzas liberadas, darían a toda la existencia, un sentido absolutamente diferente.
El descuido modelador de hombres
Pero había una antigua pendencia entre él y Exu. Como oxa él se rehusara varias veces a hacer ofrendas requeridas por Exu, éste se quiso vengar, y lo consiguió provocando en Oxala una gran ser, y luego surgiendo en su frente con una bebida. En este punto, existen versiones discordantes: Verger, por ejemplo, afirma que "Oxalá, para calmar la sed, no tuvo otro recurso que agujerear con su "paxoro" "la corteza del tronco de un dende". De cualquier manera, Oxalá bebió el líquido -vino de palma- terminando por dormirse borracho.
En este punto, entra en l historia, Odudua-Olofim, su hermano y mayor rival (nunca su esposa) y le roba la bolsa mágica que le había entregado Olorum. Aprovechándose de eso. Odudua, entonces creó el mundo, antes de que él despertara: de la bolsa salió tierra, la cual se fue amontonando en tanta cantidad, que en algunos puntos, fue más allá de la línea del agua de mas, formando islas. Estaba creada la tierra.
Al despertar Oxalá, fue castigado por Olodumaré, que le prohibió por siempre volver a tomar vino de palma y de usar aceite de dende (que son prohibiciones alimentarias hasta hoy para los hijos de Oxalá), Recibió, sin embargo, una especie de premio de consolación, una arcilla con la cual podría modelar, formas, creando así los seres humanos. Sobre eso hay un pasaje interesante en la narrativa de Verger:
"Oxalá se puso a modelar el cuerpo de los hombres, pero no tomó muy en serio la prohibición de tomar vino de palma, y en los días en que se excedía, los hombres salían de sus manos, contrahechos, deformados. Algunos retirados del horno antes de tiempo, salían mal cocidos, y sus colores se tornaban tristemente pálidos, eran los albinos. Todas las personas que entran en esas triste categorías son consagrados a Oxalá".
De este modo, se tiene documentado, no solamente una de las explicaciones iorubanas de la creación del mundo, sino también un arquetipo consagrado no sólo en la cultura africana la de la competición entre hermanos, de los hermanos enemigos, siendo la rivalidad Oxalá-Ududua, una de las diversas que existen en el templo de la cultura negra.
Esa leyenda es confirmada por diversos padres-santos ligados al candomblé, si bien que con pequeñas variaciones aquí y allá, como es absolutamente normal en las culturas de tradición oral, en que cada narrador, modifica y deforma un poquito la historia para adecuarla a su propia idiosincrasia y conjunto de valores en relación al mundo. La novedad del trabajo de Verger, en ese caso, no reside ahí, pero sí en la interpretación histórica que da a la leyenda. Para él, "la rivalidad entre los dioses de esas leyendas sería la fabulación de hechos más o menos reales, concernientes a la fundación de la ciudad de Ifé, que sería: la cuna de la civilización iouruba y del resto del mundo".
Oxalá habría sido el rey de los igbos, una población instalada dentro del lugar que se convirtió más tarde en la ciudad de Ifé. La referencia de ese hecho, no se perdió en las tradiciones orales en el Brasil, donde Orixalá (otro nombre para Oxlá, que significa "Orixá de los Orixás), es frecuentemente mencionado en los cantos como Orixás Ogbo. Durante su reinado fue vencido por Odudua, que encabezaba un ejercito haciéndose acompañar de 16 personajes, cuyos nombres varían según los autores (...) Esos acontecimientos históricos, correspondían a parte del mito que Donde Orixalá fue enviado para crear el mundo (en tanto, que en realidad, el se convirtió en el rey de los igbos), y fue en el mito que Odudua se convirtió rey del mundo, por haber robado a Orixlá la bolsa de la creación (mientras que en la realidad, el destrono a Oxalá, Igbo, usurpándole el reino)".
Sin embargo, según diversas leyendas, Yemanjá, que fue esposa de Oxalá, intercedió entre los dos hermanos, intentan- do un acercamiento, pero eso siempre fue imposible. No se sabe a ciencia cierta, hasta que punto existirá algún hecho histórico relacionado a la actividad de Yemanjá en el mito, o si ellas es sólo un producto de la fábula atribuida le carácter pasivo amistoso frecuentemente empleado por los cultores del candomblé para definir a Yemanjá
Otro punto bastante diferente de Oxalá en relación a los otros orixás, es su vida sexual. Al contrario de las múltiples ligaciones que tanto orixás masculinos y femeninos establecen, en torno de Oxalá existe un aura de mayor respeto, cuando se toca este asunto en el candomblé. Este es un indicador del carácter que se asocia a este orixá, de rectitud, alejado de las debilidades humanas de otros orixás. A él se le atribuye la paternidad de todos los Orixás del país iorubas.
Oxalá es también padre de otros hijos-orixás, Iroko (Tiempo), Oxumaré y Obaluaie (u Omulu). La madre de ellos, sin embargo, no es Yemanjá, como en el caso de los orixás iorubanos, pero si Naná Buruku. A pesar de que algunas historias limitan la vida amorosa de Oxalá a Yemanja, otros afirman que ella sería su segunda mujer, después de un casamiento con Naná.
Los hijos de otras culturas
Ese desacuerdo sin embargo, no es irrebatible. En realidad, hay una explicación histórica bastante plausible para esas dudas. Los tres hijos de Oxalá con Naná son, como se ha resaltado en artículos anteriores, hijos de la cultura de Daomé, no de la iorubana. Según algunas interpretaciones. (ver art. sobre Obaluaie), se rían seres míticos anteriores a los otros, que fueron incorporados a la mitología ioruba para amalgamar a la cultura dominante que se establecía, algunos datos referentes a la antigua cultura dominante que se establecía, algunos datos referentes la antigua cultura local, específicamente los orixás más venerados.
Para no quebrar la jerarquía que define a Oxalá como el creador de todos los hombres, es consecuentemente padre creador de todos los orixás, él sería también responsable de la paternidad de los orixás recién incorporados. Al mismo tiempo, Naná padre creador para los daomeano en general, fue con el tiempo convertido al sexo femenino, cerrando entonces, una nueva explicación donde entraban todas las figuras importantes de esa especie de acuerdo cultural. Corroborando esa sospecha.
Olga Cacciatore, deja claro en su diccionario que a pesar del Orixa femenino en Brasil y en algunas religiones de Africa, Naná surge como orixá masculino en otros puntos y en una tercera posición, para algunas naciones Naná sería masculino y femenino o también asexuada, no comparable a Oxalá, pero sí a Olorum. De cualquier manera, esa duda fue siendo respuesta por los mitos y actualmente Naná es venerada como orixá femenino, apareciendo al lado de Yemenjá, como una de las figuras más ligadas a la maternidad.
Varios nombres son ligados a Oxalá. En Nigeria, prevalece el nombre Obatalá. En Oko, Orixaako; en Egigbo, recibe el nombre de Oguhina. En todos esos lugares, sin embargo, es cuestionable su puesto de supremacía, lo que queda evidenciado en las ceremonias de candomblé en Brasil. Ya que en este país al contrario de Africa, el culto de cada región no se limita a un orixá, pero se celebra a diversos dioses en una misma fiesta (lo que sería, según Bastide, una tentativa de recreación en un solo extranjero de los tantos mitos de esa patria distante. Siempre es Oxalá el último que aparece en un desfile.
Existen
diversos tipos de Oxalá, como
ocurre con todos los dioses africanos,
pero en este caso hay algo destacado en dos de sus formas, justamente el Oxalá más joven y el Oxalá
más viejo: Oxaguia y Oxalufa. Berger establece distinciones (aunque no muy marcadas) entre sus arquetipos. Pero en realidad, existe un solo tipo con manifestaciones fuertes como con secuencia de la misma fuerza del orixá.
Las diferencias serían las comunes en una misma persona cuando joven y cuando envejece.
Así, Oxaguia sería más audaz, bromista y sensual que el reservado y paternal tipo respetuoso y sereno Oxalufa.
Es más arrojado y llega a tener ímpetu de idealismo, en tanto que Oxalufa, con toda su experiencia, sería menos rebuscado, conocedor del hecho de que no todo es tan bueno, ni tan malo.
Esas características serían básicamente las encontradas en los arquetipos occidentales en relación a la figura paterna. Oxalá es el padre de los orixá y por extensión de toda la humanidad. Establece entre sí y los demás, un aura de respeto, pero nunca de temor, no es inseguro, no necesita de artificios para establecer cualquier cosa. Consigue todo naturalmente. Los hijos de Oxalá, por lo tanto, son personas tranquilas, con tendencia a la calma aún en los momentos mas difíciles, consiguen el respeto aún sin que se esfuercen para conseguirlo. Son amables y generosos, pero nunca serviles. En algunos casos, pueden ser autoritarios, más la cristalización de esa posibilidad depende mucho del "ajuntó" que actúa sobre esa persona.
Saben argumentar con cierta facilidad, organizativos, y con facilidad para ser el centro de un grupo. A pesar de su carácter aparentemente accesible, en el fondo son individuos reservados, pues siempre quedará en el inconsciente de sus hijos, la marca de la separación, de que Oxalá no está en el mismo nivel de los otros orixás; eso no se manifiesta en el orgullo, sino apenas en una dignidad distante.
El
defecto más claro que puede haber en los hijos de Oxalá es la obstinación,
cuando la certeza de sus convicciones se torna clara. En esos casos, será
difícil convencerlos de que están errados o que existen otros caminos para la
resolución de cualquier problema. En el Oxalá más viejo, eso se traducirá en
razón mientras que Oxaguia demostraría cierto furor por el debate. No hay sin
embargo, una tendencia para la
agresividad como en Ogum (un obstinado cuando quiere alguna cosa). Para Oxalá,
la idea es más importante que la acción.
Físicamente, los hijos de Oxalá presentan un porte majestuoso, que se nota más en la manera de andar que en la constitución física, donde suelen ser menos robustos que el tipo ligado a Xangó.
Una muestra de popularidad de Oxalá en Brasil, está en su presencia en una de las fiestas famosas de Bahia, en lavado de las escaleras de la iglesia del Señor del Buen Fin con él sincretizado en esa región. Esa fiesta (utilizada inclusive con mucha eficiencia por los políticos en busca de votos en la comunidad ligada a los cultos afro-brasileros) es, en verdad, una variación de la ceremonia "Aguas de Oxalá", realizada en algunas regiones bahianas.
Consiste en un ritual donde los hijos-de-santo recogen agua de un río para "lavar" los axés de Oxalá reproduciendo la peregrinación mítica de los súbditos de Xango. A ese respecto, cuentan las leyendas que el reino del señor de la piedra pasaba por muchas privaciones. Consultados los hechiceros, dirían que todo consistiría en un castigo enviado por los dioses por una injusticia. Años atrás, Oxalá en viaje para el reino, se había acercado a un caballo y le había dado agua. Fue preso en ese instante, confundido con un vulgar ladrón. Cuando Xangó fue avisado de la injusticia, liberó a Oxalá y promovió para él, la primera fiesta de las aguas, ordenando que sus súbditos buscasen agua de río y se lavasen en él, para deshacer el engaño y reafirmar el respeto que siempre se tuvo por él.
Nombre: Oxalá,
Obatalá u Orixalá
Filiación: Olorum, el
dios supremo
Elemento: cielo
Dominio: creación
(es el responsable por la fecundación)
Color: blanco
Comidas: acaca y
arroz, con miel; ebó y maíz blanco
Sacrificios: cabra,
gallina y paloma
Salutación: Epa Babá!
(o Exe e Babá!)
Sincretismo: Cristo Jesús (en general) Señor del Buen Fin (en Bahia)
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